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29 de noviembre de 2010

¿ES COMPATIBLE COMER FUERA DE CASA POR TRABAJO CON SER CELIACO?

Tras leernos la entrevista publicada ayer domingo 28-11-2010 en la revista Mujer de hoy a la actriz Maria Valverde, en la que habla de las dificultades encontradas para seguir su dieta durante los rodajes nos hemos planteado las limitaciones que podemos llegar a encontrarnos por ser celiaco en el mercado laboral.


“Algo que debe de complicarle mucho los rodajes es su celiaquía.

- ¡Muchísimo! Más de una vez he tenido que irme para poder comer. Lo malo es que mucha gente piensa que como sin gluten porque me da la gana o porque quiero adelgazar. No ven que se trata de algo serio. Los catering de los rodajes tienen la obligación de tener comida para mí, varias opciones (en este último tenía el 'tupper María'), pero casi siempre hay algún problema.” (Mujer de hoy 28-11-1010)

Si queréis leer la entrevista entera este es el enlace:


Por supuesto hay determinadas profesiones que se ven mas afectadas que otras, pero en el mismo momento que el celiaco tienen que comer fuera de su cada, como es el caso de los actores durante los rodajes, esto puede suponer un problema.

Por lo que comenta Maria Valverde en la entrevista, independientemente de que el catering tenga la obligación de hacer un menú sin gluten, muchas veces encuentra problemas y tiene que buscar otras alternativas, y muchos piensan que lo hace por adelgazar… como nos suenan estas palabras. Estoy convencida, que sin necesidad de ser del gremio de los actores, muchos de vosotros en vuestro día a día os habéis encontrado con alguna situación similar.

Yo personalmente trabajo en una oficina, y aunque tengo que parar a comer, tengo la gran suerte de tener un comedor con nevera, microondas, etc. que me facilita el poder llevarme mi comida sin gluten de casa y evitar problemas de comer fuera.

Pero independientemente de que me pueda llevar el tupperware, siempre en el trabajo hay situaciones que te complican llevar nuestra dieta: comidas de empresa, viajes de trabajo etc.

En las comidas de empresa normalmente suelen ser con clientes con los que no tiene ningún tipo de trato y no conocen tu enfermedad. Si tenemos la suerte de que no haya un menú cerrado, puedes elegir qué comer de la carta y tirar de las ensaladas y platos a la plancha, y así salir desapercibida. Pero si no puedes hacer esto, al ver que eres la única que no come el menú preestablecido, sin quererlo pasas a ser el centro de conversación de la comida.

Los que son mas discretos, no preguntan y se van con la imagen de que eres “muy rarita con la comida” hay otros como dice Maria Valverde que se piensan que lo haces por adelgazar, y que por eso no comes pan; pero los mas curiosos, al ver que le haces un cuestionario al camarero de los ingredientes de cada plato y de cómo los cocinan, entonces te preguntan y te toca explicar que no eres una histérica, sino que no te queda otro remedio.

A partir de ese momento, si no tienes la suerte de que conozcan a algún celiaco, que es poco frecuente; suele venir el aluvión de preguntas que a todos os sonaran:
“¿y que te pasa si no comes pan?
¿Y que te pasa si te cae una miga de pan en el plato?” “ y si esto, y si lo otro”
Ante esto, te armas de paciencia, e intentas explicarlo de una forma sencilla, hasta que empiezan los comentarios que empiezan a sacarte de quicio … “a mi se me quitan el pan, me daría algo” “con lo bueno que está el pan, yo no podría”. Ante lo cual tienes que intentar poner buena cara y no decir lo que realmente estas pensando, lo mas educado que se me ocurre en estos momentos es pensar “te podrías callar bonito, demasiado tengo yo con seguir la dieta, como para tener que aguantar oír lo bueno que está el pan …”, evidentemente me armo de paciencia y me limito a decir que como nunca lo he probado no lo echo en falta, ante lo cual se quedan atónitos y se acaba la conversación.

Pero sin lugar a dudas peor que estas comidas son los cócteles o desayunos de trabajo, es algo muy habitual en mi empresa; cuando hay una presentación, un curso de formación o una reunión con clientes que implique quedarse toda la jornada laboral; lo que hace la empresa, es que para no tener que emplear mucho tiempo en comer, organiza algo rápido, contrata un catering y ellos traen la comida, como es de esperar suelen ser cosas frías, en el mejor de los casos hay una tortilla de patata, pero por norma general suele ser cosas frías, croquetas, sándwiches, empanadas, fritos, montaditos, etc. Como veis todo con gluten.

Y es que la comida rápida y los celiacos no suelen ser muy compatibles.

En el mejor de los casos si el catering es de alto nivel, puedes tener la suerte de encontrar jamón serrano y queso; si esto ocurre como os podréis imaginar yo estoy pegada a estos platos, pero en la mayoría de los casos lo que hay es fritanga, así que ese día no toca comer.


Vuelves a ser el bicho raro que no come para la gente que no te conoce, pero como dice el refrán “ande yo caliente y riase la gente”; a mi personalmente no me importa lo mas mínimo, yo me dedico en estos casos a beber, que es lo único que podemos probar, algo es algo. Y ya comeré más tarde, comida casera mucho más buena.

Otra situación problemática muy habitual para los celiacos son los viajes por trabajo. Normalmente cuando te desplazas a otra ciudad por trabajo, el tiempo esta muy apurado y tienes que hacer en poco tiempo mucho trabajo y para comer se suele tener menos tiempo de lo habitual, por lo que mis compañeros suelen tirar de comida rápida, pero eso para nosotros es impensable; nosotras tenemos que ir a un restaurante de menús caseros, y pedir algo a la plancha. Acabas cansado de tanto pescadito y carne a la plancha.

Lo único bueno que veo yo a lo de viajar, son los desayunos del bufete libre, con la excusa que luego no podré comer nada, me pongo morada, a fruta, yogures, mis galletas que ya me llevo yo de contingencia, unos huevos fritos con bacón y patatas fritas, etc. Como veis en el desayuno hambre no paso.

Si estas un par de días así, se lleva más o menos bien; pero cuando los desplazamientos son de larga duración, acabas hasta las narices de esta comida, incluso de estos desayunos, y empiezas a echar de menos los platos caseros sin gluten de mama.

Pero creo que esto le pasa a cualquiera, seas o no seas celiacos, y eso es un alivio.

De todas formas, como veis independientemente de estas dificultades, yo compagino sin problemas el trabajo y la celiaquia; viajo frecuentemente por mi trabajo, tengo aburridas comidas de empresa, y allá donde voy suelto el rollo de que soy celiaca y patín patatan … creerme cuando os digo, que en muchas comidas salgo ganando, y paso a ser la envidia del resto de mis compañeros cuando me escabullo de comer el menú cerrado del kic koff (Reunión de trabajo) normalmente suelen ser asqueroso, y mi ensaladita es la envidia de todos.

Así que os animo a todos a que no os limitéis por ser celiacos, y que contéis a los 4 vientos nuestra condición, para que cada vez nos tengan mas en cuenta en este tipo de comidas y no piensen que lo hacemos por adelgazar… entre todos tenemos que conseguir que nos sea mas fácil llevar a cabo nuestra vida sin gluten.

1 comentario:

  1. Suscribo totalmente todo lo que cuentas. Aunque estoy diagnosticada desde hace pocos meses, me han tocado varios viajes de trabajo y es exactamente así: aprovechas para comer lo máximo en el bufet del hotel, luego puede que no comas o si acaso algo de jamón y queso si la comida es de catering, aunque quizá, si se come de mantel, tengas la suerte de que te traigan algo rico que (como me pasó la última vez en Pamplona) sea la envidia del resto de la mesa, y yo envidiando el solomillo con salsa de queso de los demás... en fin, nunca llueve a gusto de todos.
    Gracias por este estupendo blog!

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