Algo muy típico entre los donostiarras es “ir de pintxos”,
esta costumbre consiste en alternar de bar en bar consumiendo una bebida y un
pintxo, originariamente esto era una rebanada de pan acompañado de algo de
comida y sujeta por un palillo, de ahí el nombre de pintxo. Hoy en día esta
imagen ha evolucionado, y ahora es alta cocina en miniatura. Las zonas más
frecuentadas son la parte vieja y el Barrio de Gros, y aunque os suene
imposible están lleno de opciones sin gluten, gracias a la labor de formación
de la Asociación de Celiacos de Euskadi.
Por lo que al decidir que íbamos de vacaciones al Sur de
Francia, teníamos claro que nos acercaríamos a la preciosa ciudad de San
Sebastián hacer turismo cultural y gastronómico.
Respecto a la parte gastronómica, nuestra primera parada de
Pintxos sin gluten fue en Casa Gandarias, su amplia carta para celiacos me
tenía fascinada cada vez que la veía en su perfil de Tiwtter.
Aunque fuimos pronto, porque en todos los comentarios de www.celiaquitos.com los celiacos decían que estaba a rebosar, nos lo encontramos hasta
arriba.
El no celiaco, al ver tanto trajín de gente, al principio no
se fió, porque veía la barra llena de pintxos con gluten, y un vaivén de gente
que hacía difícil creer que no hubiese riesgo de contaminación.
Yo estaba tranquila porque había leído muy buenos comentarios
en la App de Celiaquitos, y me lo habían recomendado Ricardo y Nacho, pero el
“celiaco consorte” como yo, tras algún que otro fracaso, ya se fía poco.
Después de hacerle un “sutil” interrogatorio al camarero que
nos atendió, y a otros celiacos que había en el establecimiento, confirmamos
que los pintxos para los celiacos no están en la barra expuestos a
contaminación, sino que los pides y te los preparan en el momento, y te lo trae
el camarero directamente de cocina.
Empezamos así a disfrutar por primera vez de poder ir de pintxos
sin gluten como un donostiarra más.
Empezó el desfile: risotto de hongos, brocheta de gambas,
pintxo de queso recubierto de bacón, croquetas de jamón y champiñones, pintxo
de solomillo,… Todo regado con un buen vino.
¡Una maravilla! ¡No tengo palabras!
No hay cosa que más me guste que poder ir de tapeo, pintxos o
como quieran llamarlo, quizás por la dificultad que es para nosotros, esta
opción.
Por fin pude ir a San Sebastián y hacer algo tan tipo como ir
de Pintxos ¡una gozada!, eso sí, barato no me pareció, te sale casi casi como
una comida, y en el fondo solo comes miniaturas muy elaboradas y riquísimas,
pero poca cosa, vamos que te quedas con hambre, pero no hubo problema porque
seguimos de pintxos, os lo contaremos en el próximo post, estar atentos de las
opciones gluten free que nos depara esta preciosa ciudad.